PRESENTACIÓN
Para abordar y
desarrollar este tema no se disponía de un aparato erudito previo y necesario.
Sin embargo la estructura del ensayo en sí, permitía desarrollar las ideas
según se van constatando los hechos, y dota al autor de libertad metodológica
para expresar su personal forma de enfocar la problemática establecida. El objetivo de este ensayo es reivindicar la Memoria Histórica, también,
de la Fotografía. Mientras la obra de los fotógrafos de los años 1950, 1960 y
1970, está dispersa por no decir en la diáspora; los museos, fundaciones,
coleccionistas y galerías, exhiben la obra de los fotógrafos del resto del
mundo. Y con muy escasa presencia la obra de los españoles. Del mismo modo que
Italia dispone de una colección inventariada, y compacta de los fotógrafos de este
mismo periodo, es legítimo reclamar que esto mismo suceda en España. Este
ensayo pretende establecer la primera piedra para inventariar el censo de
fotógrafos que ellos se hacían llamar amateur.
Esta palabra de origen francés en una de sus acepciones significa, amante.
Amantes de la fotografía. Pues cualquier relación de fotógrafos resultante de esta
investigación, no se puede considerar ni exclusiva, ni excluyente. Será un censo
abierto que evite cualquier mutilación.
Para poder hacer un seguimiento cronológico de esta pléyade de
fotógrafos, es preciso ubicarles en las entidades que les acogieron. Podemos
considerar dos polos de desarrollo y de integración. Catalunya y Madrid. Esta
situación permitió hablar de la Escuela de Madrid y de la Escuela de Catalunya.
Ésta última se integraba en la Agrupación Fotográfica de Catalunya, sin esa
denominación tradicional de la primera. La Agrupación Fotográfica de Cataluña,
entonces se escribía por imperativo legal con eñe, celebró su cincuenta
aniversario en 1973.
Según el Académico de Número, José Ramón Cancer Matinero de la Real Academia de
Bellas Artes de San Carlos de Valencia:
“Los términos escuela
de Madrid y escuela catalana
comenzaron a utilizarse en la década de los 60 en el seno de las diferentes
sociedades fotográficas para identificar
o calificar una forma determinada de
hacer fotografías. No estaba referido a personas concretas, sino al conjunto de
fotografías (que se exhibían y premiaban en concursos) hechas con un
cierto estilo, por fotógrafos pertenecientes a la Real Sociedad
Fotográfica de Madrid o a las diversas sociedades catalanas de prestigio. Si se
consulta las revistas Imagen y Sonido y ARTE
FOTOGRÁFICO, correspondientes a ese período se podrá comprobar”. Estas
denominaciones no están exentas de polémica. Efectivamente, quizás, este título
acuñado con el pasar del tiempo, corresponde más a un movimiento o a un estilo
de hacer fotografías. Porque en el mismo sentido, el fotógrafo Antonio
Tabernero presentó el catálogo de SIF-85 (Guadalajara) con motivo de una
exposición titulada "La Escuela de Madrid". Y el académico Cancer
Matinero apostillaba que: “En aquél año,
produjo extrañeza entre los veteranos, esa nomenclatura tan pomposa, puesto que evidentemente, no
había existido ninguna escuela, como tal”. Y este mismo académico concluye: “En
mi opinión, puestos a poner etiquetas, en el caso de La Escuela de Madrid
entiendo que se debería hablar de etapas concretas y no empezar a poner
nombres y nombres porque sí”. El mismo Ministerio de Cultura establece en estos
términos la exposición de La Escuela de Madrid en 1988. No obstante, estas
precisiones nos van a permitir conocer con mayor facilidad los colectivos y
agrupaciones fotográficas.
Estos fotógrafos trabajaban el documentalismo y
la fotografía creativa. Claramente diferenciadores del llamado fotoperiodismo.
Los fotógrafos documentalistas y creativos, retrataban en muchas ocasiones la
España oculta, profunda o en contradicción con la España oficial. Mientras, los
historiadores fotográficos han tenido
que escudriñar en las hemerotecas de los periódicos, fundaciones,
coleccionistas y agrupaciones fotográficas, para obtener los hitos y eventos
del acontecer social, político y hasta económico. Los responsables de
proporcionar este material fotográfico, también han aplicado su criterio para
ofrecer “su” visión interesada de la historia.
Pero en el camino han quedado aquellos fotógrafos que salieron de los
estudios fotográficos y tomaron el pulso de los pueblos, de las costumbres,
ritos, fiestas y trabajos. A lo largo de este ensayo se contempla cómo ha
faltado criterio y sensibilidad para agrupar, censar y mostrar su obra. Este
trabajo no tiene como meta establecer jerarquías de calidad, más bien rendir un
homenaje al olvido. Postergación y marginación como producto de la influencia
imperante de unos colectivos y grupos sobre otros. Casi siempre con criterios ajenos
a la fotografía. En la zona catalana se ha cuidado más a los fotógrafos
documentalistas y creativos. Sin embargo no podemos decir lo mismo de la
capital del Estado. Cuando este trabajo desgrana paso a paso, de qué manera se
va produciendo la génesis de este movimiento, se entiende la falta de voluntad de aunar al colectivo
que lo integraba. En Madrid nada sucedía al margen de la Real Sociedad Fotográfica,
durante el siglo de su existencia. En su seno se gestó la nombrada Escuela de
Madrid y dentro se organizaron grupos de trabajo formados por fotógrafos
afines, más ideológicamente, que de aspectos fotográficos. Como constatan los
propios fotógrafos y los familiares de los ausentes. La Palangana conservadora
y afín al sistema imperante y La Colmena más abierta y progresista, dentro de
los límites posibles. Como resultante España no puede presentar como unidad
compacta al grupo de fotógrafos que representan al NEORREALISMO HSIPANO.
Fotógrafos que basta contemplar su obra para saber que captaron las imágenes de
una misma España, una misma época. Este ensayo sólo pretende poner la primera
piedra de la unidad fotográfica documentalista y creativa.
Situemos la
fotografía dentro del contexto en el cual se desarrolló. La tradición cultural
tiene acotadas según los movimientos y las épocas, la arquitectura, la
escultura, la pintura, la música y otras manifestaciones artísticas, bajo la
denominación específica de: renacimiento, neoclasicismo, modernismo, barroco,
impresionismo, romanticismo y un largo etcétera. En literatura y en particular
en España identificamos, la Generaciones del 98, Unamuno y Ortega entre otros.
La Generación del 27, García Lorca y Gerardo Diego por mencionar dos
significaciones. La Generación del 56, Goytisolo y Aldecoa, entre todos los que
tomaron parte del movimiento universitario contra el franquismo. El Teatro
Español en el exilio, Fernando Arrabal, y en el interior haciendo brecha en
la dictadura, Alfonso Sastre y Buero
Vallejo. En la primera época de la poesía surgió el mester de juglaría; apareciendo dentro de la Iglesia, el mester de clerecía, y en fotografía, y
salvando las distancias en el tiempo, pero reclamando para esta nueva expresión
plástica, toda la importancia que merece, también tuvo lugar un meter de la imagen. En este ensayo
reivindicamos el nuevo realismo, surgido en la fotografía en España. Una generación
de autores sembraron el suelo hispano de su saber hacer fotográfico. Fotógrafos
procedentes de Catalunya, Madrid aglutinando una parte significativa y
Andalucía. Sin despreciar a otros fotógrafos que ejercieron de francotiradores,
disparando sus cámaras en su entorno urbano,
rural y doméstico. De igual manera que hemos sido capaces de inventariar
el pictorialismo español, tenemos contraída la responsabilidad histórica de
rescatar del olvido y gestionar las obras de los fotógrafos de la época
contemporánea al franquismo.
El camino
emprendido en esta investigación tiene como objetivo, llegar a su fin con tres
metas concretas: Reivindicar el movimiento fotográfico del NEORREALISMO HISPANO. Conseguir el
reconocimiento de La Escuela de Madrid en su totalidad y los fotógrafos de La
Colmena en particular.
Libro PDF del NEORREALISNMO HISPANO DE LA FOTOGRAFÍA
Obra digitalizada de:
PREMIO NACIONAL DE FOTOGRAFÍA 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario